España puede volver a ser olímpica hoy, después de 12 años de sequía, de no acudir a Atenas 04 y Pekín 08, de preguntarse una y otra vez cómo es posible que el gran momento que vive el fútbol español no se haya traducido también en medallas en los JJ OO. Esta noche, en Herning, al norte de Dinamarca, la Sub-21 se encuentra ante la primera bala con la que acertar en el objetivo. Para ello necesita al menos empatar con Ucrania y esperar a que la anfitriona olímpica, Inglaterra, gane a la República Checa en el otro partido del grupo. Una combinación factible. Eso sí, de no ganar los pross, el jeroglífico tendría que resolverse ya en semifinales, pues sólo los tres primeros -en caso de que uno de ellos no sea Inglaterra- obtendrán tan ansiado premio.
Milla es consciente de ello y por eso peleará esta como si fuera la última batalla. De hecho, dará continuidad al once que se midió a los checos en el segundo partido, mucho más punzante, más efectivo, y siempre con el buen trato al balón como premisa. El goleador Adrián repetirá en la punta de la lanza y Muniain volverá a ser una guindilla picante por la banda. Aún así, la tarea no será sencilla. A Ucrania no le vale otra cosa que ganar y no es un rival precisamente desvalido. Cuenta con siete internacionales absolutos y algunos, como Rakitskiy o Yarmolenko, ya apuntan a un grande. Pero hoy es el día de España. El de volver a unos JJ OO. De la mano de Inglaterra, claro.
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